«Nada hay eterno sobre la tierra. El café ha venido siendo el néctar de las generaciones contemporáneas, se ha llegado a convertir en artículo de primera necesidad para todas las clases. Pero parece que le ha llegado su hora. Entre el café y el té ha estallado un pugilato a muerte, y hay indicios para temer que el primero será vencido, más o menos próximamente.»
Este vaticinio publicado en 1886 no fue del todo preciso: más de un siglo después, el café no sólo no fue vencido por el té sino que se convirtió en una bebida demandada en todo el mundo. Los cafés siguen siendo sitio de “conspiradora reunión”, como decía Salvador Novo; siguen siendo sitios de “animadas reuniones que el brebaje propicia, y de la conversación sobre temas políticos que preferentemente se entablan en los cafés”.
¿Pasará de moda esta bebida que nos convoca en tantos momentos del día: desde la mañana en nuestros primeros intentos por despertar y hasta altas horas de la tarde a quienes no les quita el sueño? El café no pasará de moda. Aprendamos a disfrutarlo y a apreciarlo no sólo por ser una bebida que nos mantiene activos, sino también por sus cualidades y por los beneficios que nos ofrece.